Las consecuencias negativas se hacen mas evidentes, puesto que nos las transmiten los medios de comunicación: carreteras cortadas, infraestructuras afectadas, dificultades de transito, ... son noticias que se está convirtiendo en habituales en las zonas de montaña peninsulares.
Tweet de @meteopallars contabilizando los días que lleva cerrado el Puerto de la Bonaigua.
Esta claro que nadie tiene la culpa de las copiosas y repetidas nevadas que estamos sufriendo (y bienvenidas que sean), pero igual que se pide precaución y se amenaza, o directamente se cobra, a quienes acuden a la montaña y sufren algún problema; ¿no habría que dirigir esta pregunta a las administraciones publicas y entidades privadas que alientan, fomentan o consienten el acceso a determinadas infraestructuras en estas condiciones?
Afortunadamente parece que algunas cosas están cambiando, quizás demasiado poco a poco, pero se comienzan a realizar acciones encaminadas a la prevención en lugar de actuar a posteriori (con muchos matices, eso si). Y es que, por lo que hemos podido saber, ha habido dos centros invernales aragoneses que debido a a la peligrosidad de la situación debida a la acumulación de nieve han decidido cerrar y esperar a mejores momentos para reanudar su normal funcionamiento; En el Valle del Aragón la estación de esquí de Astún, tras sufrir dos aludes en sus inmediaciones (que derribaron una torre eléctrica, y afectaron a un trenecito de transporte interno de viajeros) decidió cerrar temporalmente sus instalaciones el pasado fin de semana del 9 y 10 de febrero; de igual manera en el Valle de Benasque en los Llanos del Hospital han tomado la misma decisión por el riesgo existente en el acceso por carretera, riesgo que se ha visto consumado en dos ocasiones ya este invierno provocando el corte de la carretera y la consiguiente situación de aislamiento.
Desde una óptica jurídica es interesante preguntarse quien es el responsable de estos sucesos, y si es exigible a las administraciones publicas una mayor vigilancia y control sobre las infraestructuras que se crean en zonas de montaña. Es evidente que las empresas que prestan servicios en zonas de montaña ocasionan un efecto llamada que es el origen del lucro que obtienen lo que encaja perfectamente con el aforismo latino Ubi emolumentum, ibi onus (Quien se beneficia de un trabajo tiene que soportar los riesgos que origina); pero no es menos cierto que todas estas infraestructuras han sido instaladas bajo el amparo de una normativa administrativa que habría que plantearse si es es realmente suficiente. Como ejemplo la noticia del Alud en el parking del Telecabina Esquiros en Baqueira Beret que ha producido un herido leve.
Queda demostrado que la prevención de los accidentes en montaña abarca muchos mas niveles de los que algunas administraciones publicas estas empeñados en hacernos creer; esperemos que no haya que esperar a la determinación de responsabilidades en vía judicial para adoptar soluciones firmes y apriorísticas.
Pequeño alud de placa desencadenado involuntariamente en diciembre 2012.
Afortunadamente parece que algunas cosas están cambiando, quizás demasiado poco a poco, pero se comienzan a realizar acciones encaminadas a la prevención en lugar de actuar a posteriori (con muchos matices, eso si). Y es que, por lo que hemos podido saber, ha habido dos centros invernales aragoneses que debido a a la peligrosidad de la situación debida a la acumulación de nieve han decidido cerrar y esperar a mejores momentos para reanudar su normal funcionamiento; En el Valle del Aragón la estación de esquí de Astún, tras sufrir dos aludes en sus inmediaciones (que derribaron una torre eléctrica, y afectaron a un trenecito de transporte interno de viajeros) decidió cerrar temporalmente sus instalaciones el pasado fin de semana del 9 y 10 de febrero; de igual manera en el Valle de Benasque en los Llanos del Hospital han tomado la misma decisión por el riesgo existente en el acceso por carretera, riesgo que se ha visto consumado en dos ocasiones ya este invierno provocando el corte de la carretera y la consiguiente situación de aislamiento.
Desde una óptica jurídica es interesante preguntarse quien es el responsable de estos sucesos, y si es exigible a las administraciones publicas una mayor vigilancia y control sobre las infraestructuras que se crean en zonas de montaña. Es evidente que las empresas que prestan servicios en zonas de montaña ocasionan un efecto llamada que es el origen del lucro que obtienen lo que encaja perfectamente con el aforismo latino Ubi emolumentum, ibi onus (Quien se beneficia de un trabajo tiene que soportar los riesgos que origina); pero no es menos cierto que todas estas infraestructuras han sido instaladas bajo el amparo de una normativa administrativa que habría que plantearse si es es realmente suficiente. Como ejemplo la noticia del Alud en el parking del Telecabina Esquiros en Baqueira Beret que ha producido un herido leve.
Queda demostrado que la prevención de los accidentes en montaña abarca muchos mas niveles de los que algunas administraciones publicas estas empeñados en hacernos creer; esperemos que no haya que esperar a la determinación de responsabilidades en vía judicial para adoptar soluciones firmes y apriorísticas.
1 comentario:
Sé que las personas que os dedicais al Derecho teneis una idea distinta de los que tenemos otras profesiones. Para los profanos, la Administración es un monstruo de muchas cabezas. Muchas cabezas pero el mismo monstruo, al fin y al cabo. Quiere esto decir que legislan, aplican la ley, la interpretan y la juzgan. La separación de poderes en nuestro país es algo que se estudia en los libros de historia con la Revolución Francesa. Últimamente además estamos cogiendo tintes de república bananera, aparte de que si te lees alguna resoluciones de los tribunales de justicia, alguno juraría que son un libro de Kafka.
Con esto vengo a decir que si sufrimos una desgracia en la montaña, ruega porque sea culpa de algún ente privado, porque si te toca pleitear con la Administración, lo llevas crudo. Que se lo digan a aquella señora a la que le pegaron un pelotazo en el ojo en una manifestación y apareció la policía y el conseller diciendo que le habría golpeado algún manifestante y que ellos no habían usado pelotas.
Eso sí, también ruega porque el ente privado con el que te toque enfrentarte no tenga capital público, como pasa en alguna empresa que explota pistas de esquí alpino, porque entonces estarás en las mismas.
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