Hasta las últimas fechas llevábamos
un invierno relativamente tranquilo en cuanto a la accidentalidad en el medio
natural (al menos aquella registrada en estadísticas oficiales). Sin embargo el
reciente cambio meteorológico, y las copiosas nevadas que ha traído consigo,
han disparado la sucesión de estos hechos.
Por desgracia todos ellos tienen un
elemento común, y es la existencia de una buena dosis de certidumbre y
previsibilidad en las opciones de producción. Eran, por tanto, IMAGINABLES. No
son hechos imprevisibles, sino que atendiendo a las circunstancias concretas de
las personas involucradas, el lugar donde se producen y el momento en que
sucede era fácilmente deducible que estos sucedieran.
Conocer el terreno por donde nos movemos en invierno nos ayuda a imaginar que puede suceder. |
El pasado día 30 hubo que auxiliar
a un grupo con 33 menores de edad cuyo autobús había quedado inmovilizado en la
carretera entre el Camping de Zuriza y el Refugio de Linza en el Valle de Anso,
localidad a la que fueron trasladados. Afortunadamente no hubo daños personales,
pero no deja de ser sorprendente que a la hora de planificar estas actividades
no se prevean estas situaciones, que como ya se ha dicho son fácilmente
IMAGINABLES, conociendo la zona y las precipitaciones anunciadas.
El sábado 31 un alud atrapaba a dos
esquiadores en una zona cerrada de la estación de Candanchu. Realizaban una
excursión con esquís de montaña con un peligro de aludes marcado en 4 (sobre
5), lo que traducido a palabras nos dice que: el desencadenamiento de avalanchas
puede producirse incluso por cargas ligeras (un solo esquiador) en la
mayoría de terrenos por encima de los 30º. Adicionalmente es posible el
desencadenamiento natural de avalanchas de tamaño medio y grande. Nuevamente
no solo era IMAGINABLE la producción de los hechos, sino que tampoco se toman
las medidas mínimas para prevenir los riesgos existentes.
Al salir a hacer actividad, ¿estamos preparados para todo lo previsible? |
En la estación invernal de Astún
han sido varios los aludes que se han producido durante el mismo fin de semana.
El sábado un monitor de esquí desencadenaba un alud bajo el telesilla Pastores,
que le atrapaba produciéndole lesiones, aunque afortunadamente pudo ser
rescatado por los servicios de la estación. El domingo, con la estación
cerrada, un nuevo alud por la misma zona llegaba hasta la caseta de taquillas.
Igualmente, durante el fin de
semana se han sucedido diversos aludes que han alcanzado la carretera de acceso
a este centro (afectando a vehículos en circulación). Estos son quizás los
casos mas graves por su reincidencia y por la falta de soluciones y de
previsión. Quizás la constante presencia de estas avalanchas, y los numerosos
daños materiales que ya han producido, no son suficiente precio para la
reacción de una clase política, que debería reaccionar antes de que su tibieza
y permisividad se cobre vidas humanas.
Por muy extraordinarias que puedan
ser estas nevadas, algo que corresponde a los técnicos decir, debemos tener
claro los riesgos a que están expuestas ciertas infraestructuras, y más aún las
relativas a un sector de la importancia del turístico, para adoptar las medidas
necesarias que minimicen sus efectos.
De las noticias que hablan del medio natural ¿cual desentona y por qué? |
Esta es la asignatura pendiente en nuestra relación con el medio natural. Entender, anticipar y prevenir todo aquello que es imaginable, para conseguir que solo nos suceda lo imprevisible.