Ya hemos entrado en el verano y todos estamos pensando en las vacaciones. En estos meses se produce un importante aumento de la gente que se acerca a practicar actividades en la naturaleza con diversas intenciones (afrontar nuevos retos, descubrir lugares desconocidos, practicar deporte, o afrontar grandes emociones, por poner algunos ejemplos). Desafortunadamente este incremento del numero de personas que se acerca a la naturaleza trae consigo dos aspectos negativos:
- -Por un lado se disparan el numero de accidentes y rescates que se producen en la montaña (temas que ya se han tratado anteriormente en este blog, rescates, mas rescates y mas rescates)
- -Por otro lado se realiza, en términos generales, un acceso masivo, puntual y unidireccional a los espacios naturales y actividades de ocio deportivo mas accesibles por un publico que reune dos peligrosas características como son la falta de preparación física y técnica.
Masificación en el Espolon del Adamelo al Pisón en Riglos |
Nadie duda de las bondades del turismo, tanto para quienes lo practican como para quienes son receptores de ese turismo. Pero ni los usuarios ni las administraciones (publicas y privadas) que se ocupan de la promoción y desarrollo del turismo han alcanzado aún, en su mayoría, la madurez suficiente para afrontar estos retos que se le plantean al turismo activo o de naturaleza. Quizás una parte de culpa la tenga el propio sector del turismo activo, al que le falta experiencia, estabilidad y "capacidad empresarial", pero no cabe duda que la dispersa, escasa y variada regulación turística (junto con la practicamente nula labor de inspección) es un flaco favor que se le hace al sector; amen de la falta de tradición estatal en el dejarse guiar, acompañar y aconsejar por profesionales.
Ni material ni calzado adecuado (como minimo) |
Como usuarios y como profesionales hemos de saber, y ser conscientes, que el Turismo Activo esta sometido, en bastantes Comunidades Autónomas, a una regulación a través de Decretos (con puntos comunes y puntos divergentes en todos ellos) que sirven tanto para fomentar la buena organización de las empresas (algo que salvo excepciones tiene poca tradición), como para dar confianza y seguridad a los usuarios que encontraran, o deberían encontrar, empresas que cumplan unos mínimos de calidad y seguridad, con unos profesionales titulados, unos materiales adecuados y unos seguros mínimos que cubran las posibles contingencias en las actividades. Sin embargo hay comunidades que no han legislado (Madrid por ejemplo) y existe una preocupante falta de revisión de las adecuaciones a las normativas lo que fomenta la existencias de "empresas piratas" e irregularidades.
Desde el punto de vista de los profesionales, estos decretos están consiguiendo que poco a poco se empiece a reconocer, valorar y extender la figura del guia, o para ser exactos la del Técnico Deportivo (de grado medio o superior, en las modalidades de Alta Montaña, Esquí de Montaña, Escalada, Barrancos o Media Montaña). Estas denominaciones surgen a partir de un Real Decreto, de carácter estatal, del año 2000 que sienta las bases para la creación de las formaciones educativas, de Régimen Especial, que creen la figura de los Técnicos Deportivos de Montaña y Escalada y se establecen así mismo sus competencias y capacidades de carácter profesional. La existencia de esta formación y su correspondiente habilitación profesional es la mejor garantía a la hora de desarrollar con seguridad nuestras actividades de naturaleza, teniendo siempre bien en cuenta que como dice la Sentencia de la Audiencia Provincial de Huesca 192/2004 de 19 de octubre "el contratar un guia no puede ser una suerte de seguro a todo riesgo para ser indemnizado de cuantos perjuicios se puedan desencadenar durante la practica de una actividad de riesgo libre y voluntariamente elegida".